Tijuana, BC.- Mi nombre es Gisela, soy mexicana, tengo 29 años y estoy a escasos dos meses que regresé del viaje de mis sueños, si bien, viajar sola en mi país es algo que suelo hacer, cuando pensaba en ir a otro continente el miedo a no saber el idioma ni conocer a nadie me detenían, estoy segura que también te pasa.
Te cuento, un 5 de septiembre del 2021 me diagnosticaron con un tumor cerebral y no sólo eso, también perdí a dos personas importantes, es ahí cuando me di cuenta que tenía que hacer las cosas con miedo, porque el miedo pasa, pero la vida también. Me sentí capaz de todo.
Me puse manos a la obra y me aventé sin fines de videos en YouTube de lugares para visitar en Tailandia, te puedo recomendar algunos que me ayudaron bastante:
1-Misias pero viajeras
2-Aurelio Viajero
3-Alan por el mundo
4-Zorito y Doug
Aprendí que para entrar al país los requisitos son diferentes dependiendo tu nacionalidad, si eres mexicano anota la siguiente:
Si tu estadía en Tailandia es:
°Menor a 15 días:
-Pasaporte con al menos 6 meses de vigencia.
-Visa Tailandesa (Se tramita en el aeropuerto) Costo: 2000 bahts.
-Fotografía reciente a color de 3,5 x 4,5 cm, es decir, tamaño pasaporte. (Si no cuentas con una ahí te la toman por 200 bahts)
-Boleto de transporte de entrada y salida de Tailandia.
-Comprobante de tu hospedaje diario.
°Mayor a 15 días
-La única diferencia es que la Visa se solicita en la embajada mexicana o en línea.
(Todos los requisitos anteriores son sin cruzar E.U)
Es recomendable ir con seguro viajero, yo contraté IATI seguros.
En mi estancia de 13 días ya tenía 6 ciudades e islas en mi radar, Bangkok, Ayutthaya,Chiang Mai, Chiang Rai, Ao Nang y Koh Tao.
Te platico sobre mis tres favoritos.
Después de casi 20 horas de vuelos mis pies bajaron de aquel avión sabiendo que nadie me esperaba y enfrenté mi destino con tan sólo una mochila cargada de sueños.
Cuando llegué a el aeropuerto de Bangkok miré de cerca mi primer reto, dialogar en inglés para poder responder las preguntas de migración, sí, me dio mucha pena no voy a negarlo porque no entendía casi nada y estaba deteniendo la fila, empecé a mostrar todos mis documentos para ver si le atinaba a algo ahora recordarlo me da risa pues entre señas e intentos se logró.
Celebré mi primer día en Bangkok, que se encuentra en el centro del país, una de las ciudades más visitadas del mundo, donde destacan sus enormes templos
y los dos mercados más fuera de lo normal, uno en balsa y otro sobre las vías del tren.
Me dirigí a Chiang Mai en Tren nocturno saliendo de Bangkok, puedes comprar tu boleto en la App 12go, el tren es lo más económico y vas durmiendo en él, pues tiene compartimentos individuales que durante el día son asientos y de noche te lo adaptan a cama.
Chiang Mai es el mejor sitio para ver elefantes en Tailandia. Los elefantes son considerados un símbolo nacional y los elefantes son tratados con total respeto y amabilidad. Yo fui a Maerim National Santuary en donde los elefantes del parque son rescatados de lugares como circos, industria maderera, campamentos de maltrato, etc.
Si estás en esta ciudad te recomiendo no perderte el mercado nocturno de los domingos, es larguísimo y encontrarás una enorme selección de comida tailandesa y viajeros de todas partes del mundo.
A unas pocas horas puedes ir de paso a Chiang Rai para visitar los imponentes templos, todos tienen su encanto, en lo personal HUAY PLA KANG WAT HUAY PLA KANG me dejó impresionada. Se cree que cualquiera que ore en el templo recibirá buena salud o dinero como bendición.
Koh Tao, es una isla preciosa, tranquila y de aguas cristalinas en dónde muchos extranjeros y locales se dan cita para practicar buceo.
Si quieres que tu experiencia sea inolvidable la agencia «puravidadivingkohtao» es tu mejor opción.
Mientras pasaron los días me di cuenta que el idioma no fue una barrera tan grande como para no haber hecho este viaje, los tailandeses fueron muy cálidos y buscaban comunicarse mediante señas y al final una sonrisa, si te sirve puedes descargar la App de Google lens, con ella puedes traducir las imágenes, también me fue de mucha ayuda.
Conocí a chicas/os que viajaban acompañados y otros solos, con ellos comí, reí, platiqué y me confirmaron que la vida es muy corta como para no hacer lo que realmente te hace feliz.
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